El mérito de ser hombre

sábado, 23 de mayo de 2009


Escribo desde las barricadas de mi cama en un sábado noche sin fiebre, como pudiera ser otro día cualquiera.
En la televisión, Leonard Cohen,un par de guitarristas con boina y gafas oscuras y unas cuantas voces negras(todas mujeres) ponen la banda sonora que a murmullos logro escuchar. Se mezcla la armónica, con notas de saxo y unas letras rotas que a duras penas salen de la garganta de un hombre que debe rozar los ochenta,si no los ha cumplido ya. Acaba de terminar una canción, se cala el sombrero de copa y vuelve a cantar, esta vez con coro. Me asombra la entereza y la dignidad con las que ciertas personas sobrellevan la vejez. De Leonard Cohen dicen que es uno de los grandes cantautores de este siglo, sino el mejor. A mí siempre me ha gustado su voz, que parece haberse casado con un paquete de Winston y una botella de whisky. A thousand kisses deep, in my secret life,i'm your man,hallelujah; son más que palabras, una forma de ser. Son ejemplo de esas pocas canciones que desprenden elegancia, como una americana nueva, a medida, ceñida al cuerpo. Letras basadas en declaraciones de amor clásicas pero sin tópicos, rodeadas de un halo de masculinidad. Y eso me hace pensar en que conozco a demasiados chicos,pero a pocos hombres. Un hombre para mí, es alguien que no teme a decir te quiero sin sentirse avergonzado,es una persona valiente llena de principios. Un hombre no le pega a una mujer, le susurra; le dice que esta guapa sólo por ver cómo sonríe. Un hombre ama a sus amigos y nunca reniega de sus orígenes. Tampoco teme llorar ni intenta evitarlo. Un hombre es algo más de lo que estamos acostumbrados, ser un hombre significa ser persona antes que hombre y vivir la vida intensamente en base a unas creencias y decisiones. Cada hombre decide, o pide opinión, según la circunstancia. Pero lo que realmente define a un hombre no es el número de personas que le rodean, sino la calidad de éstas. Lo que le hace hombre es reconocer que sin ellas, seguiría siendo hombre pero no podría decírselo ante el espejo. Leonard Cohen parece seguro de sí mismo, parece poder decírselo, parece ser un gran hombre.Parece rodearse de amigos y lleva muchos años fiel a sí mismo. Perdonénme entonces, que si sé definir lo que es un hombre, algún día pueda llegar a serlo. Siempre y cuando, siga cuidando de las personas tan valiosas de las que me rodeo. Pero si lo pienso bien, siempre cuidaré de ellas. Quizá tenga que esperar a los ochenta años para reconocérmelo, mas no me importa porque hasta ahora no me he traicionado, ni creo que lo vaya a hacer. Aleluya, pues.








Ni se les ocurra disparar

domingo, 17 de mayo de 2009




Reflexión de Javier Marías acerca de la actitud del Ministerio de Defensa ante los últimos abordajes sufridos por barcos de civiles a manos de piratas somalíes. Fuente: El País.


No tiene desperdicio la ironía y la finura con la que Javier Marías hila la moral de doble filo con la que el Gobierno juega a los soldaditos de plomo con el ejército. Altamente recomendable su lectura. Aquí les dejo el extracto.




"Lo de España y sus famosas “fuerzas de paz” –es decir, lo que antiguamente se conocía como el Ejército o las Fuerzas Armadas– ya no se sabe si provoca risa o desolación. Desde hace tiempo todos nuestros Gobiernos, sin duda para tranquilizar a una ciudadanía desaforadamente pacifista y tiquismiquis, nos han vendido que las intervenciones de nuestras tropas en el extranjero son “solidarias” si no “humanitarias”. Ni un solo soldado nuestro se desplaza a ningún sitio si no es para hacer el bien, ayudar a reconstruir un país, proteger de quien sea a la pobre población, entregar flores a los niños y por supuesto no disparar un solo tiro, así los estén degollando los fanáticos o bandoleros de cada lugar. Somos el único país que tiene un Ejército no para la guerra sino para la paz, faltaría más, dónde se han visto militares que entren en combate, disuadan e infundan temor en los enemigos y demás antiguallas belicistas condenables, crímenes todos contra la humanidad que nosotros jamás vamos a cometer. Los españoles de hoy somos justos y cristianos, ofrecemos siempre la otra mejilla, y muy terribles se tienen que poner las cosas para que osemos repeler un ataque, qué es eso de responder con disparos a los disparos, así sólo se consigue crear una espiral de violencia y aumentar la tensión.

Y eso nunca, en escenarios de guerra o similares. Es lo que han ordenado la Ministra del ramo y el Estado Mayor de la Defensa para los casos de barcos españoles secuestrados por piratas en el Índico. “Los militares españoles sólo podrán utilizar la fuerza letal cuando esté en riesgo la vida de los marineros secuestrados, pero no para evitar que los armadores tengan que pagar rescates”, decía la noticia. Y añadía: “Se trata de un protocolo muy restrictivo, que contempla el empleo de la fuerza como último recurso, de forma proporcionada y progresiva, y evitando a toda costa una eventual escalada de la tensión” (las cursivas, mías). Mecachis, y yo que creía desde la infancia que el asalto y abordaje por parte de un barco pirata era una situación de máxima tensión difícilmente superable. Pues no, ya ven, toda la vida equivocado. Para el Ministerio de Defensa sólo hay máxima tensión, y está autorizado el uso de la fuerza letal, en el momento en que los piratas empiezan a hacer desfilar por la plancha a sus rehenes, camino del fondo del mar, o a cargárselos en cubierta con tiros en la nuca o decapitaciones. “Al contrario que los Estados Unidos y Francia, que en los últimos días han liberado por la fuerza dos embarcaciones secuestradas, matando a cinco piratas, España sólo contempla el uso de la violencia para salvar la vida de los rehenes, que es la máxima prioridad”, proseguía la noticia. Por fortuna matiza nuestro Ministerio: “Un rescate por la fuerza podría estar justificado si los piratas adoptan actitudes más violentas hacia sus secuestrados, lo que no se puede descartar tras los últimos incidentes”. Supongo que los marinos españoles, en sus fragatas, sabrán por arte de magia, o a través de algún médium, en qué instante a dichos piratas –fuera de su campo visual y de su alcance– les ha dado por ponerse “más violentos” con sus cautivos. Y entonces sí, ah, entonces que se preparen, porque haremos uso de la fuerza letal, aunque estemos a centenares de millas y no tengamos ni idea de dónde se encuentran, ni ellos ni sus prisioneros brutalizados. Pero ojo, antes habrá que cerciorarse de que están pasando a éstos a cuchillo, no vayamos a contribuir “a una eventual escalada de la tensión”.

Seguro que nuestro Ministerio no vio la suficiente en el ataque que pocos días después sufrió el crucero italiano Melody, con casi mil pasajeros a bordo. El propio jefe de los asaltantes, Mohamed Muse, se lo contaba decepcionado a France-Presse en Mogadiscio (curioso mundo en el que este individuo hace declaraciones a una agencia de información): “La captura de un barco tan grande habría representado una nueva era de la piratería”, se lamentó como quien habla de un récord fallido para el Guinness. “Pero los del crucero utilizaron una táctica inteligente y no pudimos subir a bordo. Estábamos listos para capturarlo, realmente los acribillamos a balazos, pero es un barco imponente y sólo contábamos con diez hombres”, se excusó. La “táctica inteligente” del Melody consistió, entre otras argucias, en “repartir las pistolas de la caja fuerte entre el personal de seguridad” y movilizar a cincuenta marineros. Y, tras alguna que otra artimaña, “nuestros hombres empezaron a disparar y los piratas desistieron”. Fatal, oigan, fatal, por lo menos para nuestro Ministerio, que en modo alguno se habría permitido reaccionar tan desproporcionadamente, acrecentando la tensión. ¿Acaso estaba en peligro la vida de los secuestrados? Pero por favor, si ni siquiera habían secuestrado aún a nadie, los pobres piratas. Cómo íbamos a dispararles. Sólo estaban acribillándonos a balazos e intentando capturar a unos mil, y una mera tentativa no es motivo para abrir fuego. Recuerden que somos humanitarios, y abnegadas fuerzas de paz."

Teoría del círculo

domingo, 10 de mayo de 2009





Háblame. Cuéntame que se ve desde el otro lado del espejo.Dime si todo se ve cambiado cuando al despertar aún es de noche, y al dormir brilla el sol e ilumina el día. Yo sueño, cada noche, y me siento seguro tras aquellas bambalinas que no tapan mis rincones. Cuando paseo libre por paisajes sin sentido con la vista ennegrecida,turbia y cansada de la realidad; creo en mí mismo y en que puedo hacer lo que me dicten los impulsos. No quiero contener las avalanchas que se precipitan sobre mi persona, ni quiero verlas en una butaca de cine; quiero sentir fría e hiriente, la nieve, en mis manos. Apreciar el calor de la lumbre y la comodidad del viejo sofá, donde lo antiguo es ya conocido, es agradable, acogedor y nunca te da la espalda. Volver a los orígenes, a los abrazos, a la dependencia; no es caminar de espaldas. Es andar recto. Es ser el de siempre,y siempre es una palabra que siempre me ha gustado. Indica quietud, calma y a la vez sabiduría y longevidad. Allí, al final, está el principio. El cómo fuiste, y el cómo te recuerdan, depende de ti. Y de mí. De lo que veo reflejado en este espejo. Tú eres sólo una imagen que repite mis movimientos, que habla cuando yo muevo los labios. Pero siempre me he preguntado,¿qué es de tu vida cuando me marcho y apago las luces? Quizá tu vida sea mejor que la mía pero yo soy el dolor, el placer, las lágrimas y las palabras. Mientras tú, vives tranquilo, al otro lado del espejo. Y yo me pregunto,¿qué tal se vive por allí? No es cuestión de esperar tu respuesta, sin embargo, gracias por escuchar.

 
Letras de cartón /Visitas totales ->
Usuarios onlinecounter