Bajo el prisma borgiano

miércoles, 11 de marzo de 2009



Hoy traigo un pequeño análisis de un gran libro que devoré no ha mucho tiempo.El Aleph de Borges esconde una sabiduría inmensa, resabida, incluso en ocasiones irritante. Borges modela un mundo donde se siente cómodo, el libro es un discontinuo: un conjunto de capítulos que esconden una historia diferente en cada uno de ellos. Borges entremezcla magistralmente revoluciones,guerras, asesinatos, historias cotidianas y epopeyas, sin que resulte extraño; lo cual aumentaba mi expectación a medida que avanzaba en el libro. Sitúa la acción en diversos lugares:en la España musulmana hacia la Edad media, en el México de principios de siglo, en algún lugar del imperio romano...y al final de la novela todo te parece conexo. Es una de esas construcciones inverosímiles de genios poco cuerdos. Y bendita locura.
El Aleph es una novela difícil de digerir debido a los numerosos cambios de ritmo y la cantidad de citas, refranes, personajes históricos,autores y libros que son citados a lo largo de sus casi 200 páginas. Aún así, el papel que se le da al lector es cuanto menos original; como si al leer el libro se convirtiera en un dios eterno, observando el destino de personajes dispares con sus destinos escritos de antemano.
No hace mucho estuve en Barcelona y allí pudé admirar las obras de Gaudí. El parque Güell es una maravilla arquitectónica que debe ser "sentida" una vez en la vida y digo sentida porque no puedo decir que comprendiera su belleza. Pero allí estaba: eterna, única y especial, sin pretensiones me había conmovido.
Hay cosas que uno nunca comprenderá pero que tienen la capacidad para atravesarte como lo haría una flecha o una bala. Una de ellas es el Aleph que resumiría como la distorsión de la historia a través del prisma de un maestro de la fantasía.Borges.

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