Negro

lunes, 20 de abril de 2009


Negro,como el telón de mi teatro;

negro azabache,negro rufián,

ladrón de sueños

asesino del mar y del cielo

a quienes ocultas mi deseo

a quienes me prohíbes amar.

Ando sólo por las estancias vacías

de la morada de mi pesar;

del aula vacía donde estudio

libros que nada me han de enseñar.

Porque si yo pudiera me elevaría

como la gaviota al arrancar

de la playa la arena

y de los peces, la sal.

El traje que hoy me he puesto,

la corbata de seda bordada,

el pantalón ceñido al cuerpo,

no han de combinar

con los colores que no te muestro,

los colores que van por dentro

y a los que tú

ciega te has de mostrar.

Como ciego soy yo a la luz del día,

a reconocer tu cara y tus gestos

a través de la punta,

de mis dedos

que sólo te pueden tocar.




Cita conmigo mismo

viernes, 3 de abril de 2009




El atardecer moría al amparo de una lluvia cegadora. Con mi pequeña gabardina de hombre menudo y mi puro, que milagrosamente se mantenía encendido gracias a la visera de mi sombrero, decidí salir al mundo. La ciudad dormitaba y yo no tenía ningún sitio al que ir. Cada portal era la boca de un infierno, de un recuerdo que languidecía como lo hacen los recuerdos;lentamente. Y mientras andaba, la vil lengua de la conciencia me dijo al oído:”No puedes controlarlo todo”.

Siempre fui un caradura según las mujeres de mi vida. Un viejo con pinceladas de juventud, un paria con elegancia, un vagabundo bohemio,un destructor de almas. No niego mi parte de culpa porque pienso demasiado en como salvar el culo y apenas reparo en las consecuencias de mis actos.

Soy un coleccionista de adjetivos, un don nadie del que se habla mucho.

El mundo siempre ha sido mi enemigo y de su navaja tengo ya muchas cicatrices. Me siento cansado de buscar un camino que nunca encontraré, porque nunca terminé de encajar en el molde de lo establecido. Siempre me intenté desligar de la sombra de lo cotidiano, siempre quise separar mis pies de sus pies como un niño que juega y se frustra cuando se da cuenta de que sus manos no son una extensión del mundo. Aceptar una derrota es anticipar la vergüenza de rendirse, y yo para eso siempre he sido uno especialista. Vivo por vivir los días, desperdiciando el don de existir; la grácil y delicada línea sobre la que ando es una línea de amargura y de dolor. Todo lo que mi mente produce es una basura que a nadie interesa y que no puedo seguir reciclando. Es el daño que a mis manos hace la inquietud de la pluma, de escribir y excretar todo lo que mi yo, enfermo, crea.

Soy un escritor al que las hadas han abandonado. Putas y fulanas hadas que se vendieron al “imbecilismo” crónico de escritores desapasionados que sólo escriben para agradar a un público sediento de repetición. De estrofas,de ideas machacadas, pisadas, destrozadas, violadas y nuevamente pervertidas. Todas las letras que hoy se escriben son letras que no conducen a nada, faltas del significado y de la frescura de la sensibilidad. El arte de la poesía de los grandes maestros, de la maestría de los grandes compositores, se perdió bajo la arena del desierto, bajo el naufragio de los barcos de madera, de los soldaditos de plomo y de los magos de chistera. Donde quedaron los ojos audaces y ansiosos, que leían línea tras línea devorando todo lo que yo una vez diseñé. Inventar es una tarea tan difícil como amar, debes convertirte en ambos casos en un dios terrenal.Cuando inventas eres dueño y señor de vastas extensiones de tierra infinita, que moldeas a tu gusto con montañas y riscos, con hierba verde o amarilla, con un sol cegador y una lluvia sin nubes que simboliza el llanto de un alma. Da igual lo que le digas a un papel en blanco, tú siempre podrás dar la consistencia adecuada a tus mundos ilógicos donde impera un desorden infranqueable al que jamás nadie podrá acceder. Para mí, es una forma de protegerme del mundo, una manera de balancearme en una placenta de seguridad de la que nunca debí salir.   

 
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