Capítulo 1 (1)

jueves, 12 de febrero de 2009




Julien Loeb andóse toda la semana entretejiendo telares de ilusiones; intentando imaginar un futuro sin parangón al sol de la costa en aquél pequeño pueblecito de la Provenza francesa. A Julien, lo que más le apetecía no era aquella oportunidad, el trabajo que siempre había deseado que sin esfuerzo, como por arte de magia, había naufragado ante él. La independencia del nido del hogar, el poder hacer lo que le diera la real gana y su curiosidad propia de la juventud que por entonces atesoraba, hacían de el una auténtica bomba a punto de explotar e inundarlo todo de hormonas. Julien se sentía fuerte,dotado y agraciado con el vigor de quererlo todo y no en cualquier momento, sino ahora.
 Cuando el autobús se detuvo en una pequeña calle al filo de la aurora, aún dormía. Las cinco horas de viaje desde el norte,los paisajes, la lluvia,las nubes y el sol; sólo pudieron desatar su optimismo que desde el inicio del viaje cabalgaba desbocado. Y no porque el sol, la lluvia,las nubes o cualquier maldita cosa que pasara por delante de sus ojos fuera especial; si no porque "el duende" que nacía dentro de él filtraba todo lo negativo y redibujaba cada línea, y cada color se presentaba como más bello  y más hermoso que nunca, ante sus ojos. La ilusión es un arma de doble filo,y es capaz tanto de moverte en la dirección correcta si eres comedido; como de hundirte en la más movediza misera de la cual jamás podrías salir.
Pero Julien era joven, era un Adonis en miniatura; haría lo que fuera por triunfar incluso traicionar sus propios principios. Mas no adelantemos acontecimientos, pues ésta es la historia de una tragedia que se escribe sola; que baila al son de los hechos,de los ladrillos:pilares del edificio que como no podría ser de otra manera se terminaría por derrumbar.Julien,entonces no lo sabía;o quizás, nunca lo quiso saber.

 
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